martes, 26 de marzo de 2024

Taller literario Nº 28 (El templo de los sueños, de Clara Tahoces)

 


Como seguidor del blog Críticas Regina Irae, últimamente me ocurre que, tras leer una de sus reseñas, me entra el gusanillo de comprobar si sus valoraciones son acertadas, en especial cuando son realmente negativas, como es el caso de la novela El templo de los sueños, de Clara Tahoces, la cual paso a analizar a continuación.

Sin embargo, antes de hacerlo debo recalcar por enésima vez que, aunque pueda parecer injusto que opine sobre una novela con solo leer uno o dos capítulos de la misma (que es lo que suelo hacer en este blog), hace tiempo que encontré la excusa perfecta para no tener que tragarme más de lo necesario ninguna clase de bodrio (para la valoración de la totalidad de la novela, confío plenamente en el susodicho blog donde hallé la reseña). Y esa excusa es la de tratar esos primeros capítulos de la misma manera que un editor o un comité de lectura de un premio literario, tentando de ser convencido o no como el texto como única carta de presentación (que se supone es cómo debería editarse algo, claro).

Al final de mi humilde análisis (el cual es mi opinión al uso de mis limitados recursos), aclararé mi impresión general y, en el hipotético caso de ser editor, si yo lo editaría o no.

Vamos allá.

 

Original: De hecho, tiempo después, me apunté a un curso del psicólogo…

Sugerido: De hecho, tiempo después me apunté a un curso del psicólogo…

Motivo del cambio: dar fluidez, la coma es innecesaria.

 

 

Original: La puerta de un balcón, en el segundo piso, se abre de golpe y permite…

Sugerido: En el segundo piso, la puerta de un balcón se abre de golpe y permite…

Motivo del cambio: dar fluidez.

 

 

Original: …la mujer se precipite contra el frío suelo.

Sugerido: …la mujer se precipite contra el frío pavimento.

Motivo del cambio: pavimento suena mejor, más contundente, es el centro de Madrid y hay pavimento; el suelo podría no estar pavimentado.

 

 

Original: Lucía un bigote espeso en el que ya se apreciaban numerosas canas. Y sus ojos, hartos del mundo.

Sugerido: Lucía un bigote espeso en el que ya se apreciaban numerosas canas. Sus ojos parecían hartos del mundo.

Motivo del cambio: las frases se ven muy extrañas al enlazarlas con una “Y”, ya que las canas no son algo tan negativo como para correlacionarlo con los ojos hartos del mundo. Se ve revuelto. La autora parece que quiere expresar cosas, pero las pone todas en el mismo bote.

 

 

Original: Le rondaban demasiados pensamientos en la cabeza a la hora de dormir y no eran buenos consejeros.

Sugerido: Le rondaban demasiados pensamientos en la cabeza a la hora de dormir, y no eran precisamente pensamientos que pudieran ser considerados como buenos consejeros.

 Motivo del cambio: aquí pasa lo mismo que la frase de arriba, se quiere expresar algo, y el lector sabe qué es, pero la forma de trasmitirlo “al papel” es confusa y desordenada.

 

 

Original: A veces le daban las tres o las cuatro de la madrugada sin poder pegar ojo. Pero lo prefería al otro tipo de insomnio…

Sugerido: A veces le daban las tres o las cuatro de la madrugada sin poder pegar ojo, pero prefería esto al otro tipo de insomnio…

Motivo del cambio: fluidez.

 

 

Original: No imaginaba por qué querría verle, aunque esperaba que no estuviera relacionado con la seguridad del recinto. Allí se cumplían todos los protocolos reglamentarios y lo que había ocurrido, una desgracia, nada tenía que ver con ello.

Sugerido: No imaginaba por qué querría verle, aunque esperaba que no estuviera relacionado con la seguridad del recinto; allí se cumplían todos los protocolos reglamentarios y lo que había ocurrido, una desgracia, nada tenía que ver con ello.

Motivo del cambio: desconexión entre frases, erre que erre con lo mismo: ideas, ganas de expresar, pero todo revuelto y algo chocante. También se ve inocente. Estas frases no me convencen.

Nota relevante: si no se imaginaba para qué querían verle pero ya sabía lo del accidente-suicidio de la mujer en el hotel además de haber sido convocado para una reunión de urgencia, muy intuitivo no es este personaje.

 

 

Original: Atravesó el vestíbulo, luego la moderna recepción y se dirigió a la primera planta, donde había una sala de reuniones bastante grande. 

Nota: otra prueba de la inocencia del texto, ya que bastante grande es irrelevante y poco acertado.

 

 

Original: De hecho, en las primeras horas de su ingreso intentó escapar del hospital en dos ocasiones. ¡Con una pierna rota! ¿Te imaginas? Ahora permanece vigilada y medicada.

Nota: creo que quiere dar a entender que está sedada, porque, medicada, si está ingresada en el hospital, pues, algún tratamiento médico tendría “por defecto”. La palabra ahora indica claramente que tomaron medidas especiales tras que ella intentara huir, pero la autora no sabe trasmitir esas ideas de manera acertada y es el lector el que dice “bueno, vale, se entiende, sigamos leyendo a ver qué pasa”.

 

 

Original: Había visitado a Conchita en el hospital en cuanto se enteró de lo ocurrido y ya sabía que tenía una pierna rota, pero no que estuviera tan aturdida. Esa clase de visitas le removía recuerdos amargos relacionados con su hija, por lo que había procurado que fuera lo más breve posible.

Nota: esto se ve todo raro. Creo que aturdida no es la palabra adecuada, además.

 

 

Original: —Los médicos dicen que es normal que no recuerde nada del último año, pero yo no pienso resignarme. No entiendo por qué ha intentado suicidarse. Ya sabes que estos meses atrás la relación con ella no era del todo fluida. Pero esto… esto me ha superado. Necesito… Necesitamos, Marcia y yo —se corrigió—, saber qué ha ocurrido.

Nota: ojalá la novela explique más delante de manera concisa y realista por qué los médicos creen que es normal que no recuerde nada del último año. ¿Por qué un año?.

 

 

Original: Marcia era su esposa, la madre de Conchita, una mujer encantadora a la que Ginés conocía bien.

Nota: lo diré de manera tajante: esta frase está suelta ahí, sin más, con dos cojones. Creo que es lo peor de todo el capítulo. Es una anotación en tierra de nadie.

 

 

Original: Por lo que tenía entendido, Conchita era una joven como cualquier otra, veintipocos años, algo caprichosa quizá. Lo habitual procediendo de una familia adinerada, pero en apariencia normal.

Nota: esto es muy raro y otro revoltijo.

 

 

Original: Sin embargo, un desengaño amoroso la había apartado de sus progenitores hacía más o menos un año

Nota: una de las ventajas del narrador es que lo sabe todo, y esta frase y sus dudas es para un personaje, no para un narrador.

 

 

Original: Su novio, con el que pensaba casarse, la había dejado por otra. Algo que Conchita no encajó bien.

Sugerido: Su novio, con el que pensaba casarse, la había dejado por otra, algo que Conchita no encajó bien.

Nota: la frase “algo” no tiene sentido. Sabemos que se refiere a que la dejaran por otro, pero no puede ir como una frase aparte de esa manera. Al menos que vaya así: Eso fue algo que ella no encajó bien. La autora sigue con lo mismo: tengo una idea, la pongo ahí, y te buscas la vida para hallar las conexiones.

 

 

Original: Seguía obsesionada con él y, pese a que había dejado embarazada a una chica del trabajo, se resistía a aceptar la realidad: que no la quería. O que, si la quiso, había dejado de hacerlo. 

Nota: pero, vamos a ver… esto es lo mismo de la frase inmediatamente anterior pero con otras palabras. No es necesario poner esto.

 

 

Original: Por eso había pasado un tiempo sin hablarse con sus padres y el contacto se había limitado a algunos mensajes de móvil a la madre.

Nota: se entiende que es a su madre, pero, ¿a la madre? Suena fatal.

 

 

Original: Sé que tú mejor que nadie me entiendes.

Sugerido: Sé que tú me entiendes mejor que nadie.

Nota: la frase original es de Yoda.

 

 

Original: Estaba en lo cierto. Ginés había perdido a su única hija cuando esta tenía una edad similar a la de Conchita, veintitantos.

Sugerido: Estaba en lo cierto; Ginés había perdido a su única hija cuando esta tenía una edad similar a la de Conchita, veintitantos.

Nota: actitud súper-extraña del narrador. He cambiado algo, pero no me convence nada.

 

 

Original: Y, aunque habían transcurrido ocho años, aún le daba vueltas a si se había tratado de un accidente o un suicidio.

Sugerido: Y, aunque habían transcurrido ocho años, aún le daba vueltas a si se había tratado de un accidente o de un suicidio.

Nota: el narrador sigue contando las cosas de manera extraña. Se dan datos, sin tejer las frases. Se suelta todo como los números que salen de bolas de un bingo.

 

 

Original: ¿Cómo negarse ante la petición desesperada de su amigo?..... Su amigo respiró profundamente…

Nota: la palabra amigo muy mal empleada.

 

 

Original:  al empleado que había cubierto la guardia la noche del incidente. Este no se hallaba en el inmueble, 

Nota: un conserje jamás está de guardia, está cubriendo el turno de noche. No es el ejército o un hospital. Parece una tontería, pero es muy distinto. Decirlo así suena raro, como pilotar un autobús escolar en lugar de conducirlo. Desconexión total del mundillo laboral.

 

 

Original: En la mesilla de noche, el personal del hotel había encontrado un botón dorado desgastado. Pidió verlo. Era como si de tanto tocarlo, hubiera perdido parte de su brillo. Ginés lo anotó en su cuaderno y sacó una fotografía del botón. Acto seguido se lo guardó en el bolsillo.

Sugerido: En la mesilla de noche, el personal del hotel había encontrado un botón dorado y desgastado. Pidió verlo. Era como si, de tanto tocarlo, hubiese perdido parte de su brillo. Ginés lo anotó en su cuaderno y le sacó una fotografía. Acto seguido se lo guardó en el bolsillo.

Nota: aquí hace todo lo contrario a lo anterior; ya se sabe que estamos hablando del botón y lo cita de nuevo. ¿A qué otra cosa le iba a sacar una foto?

 

 

Bueno, aquí lo dejo porque ya sé de qué cojea este texto.

Ahora, antes de dar mi opinión, voy a ir a uno de mis dos hijos (el de veinte años de edad) y le voy a preguntar si entiende los cambios, y juro anotar de seguido las conclusiones reales de alguien sin experiencia literaria.

…Tras hacerlo (aunque no me ha aguantado sino tres o cuatro correcciones antes de querer ir a sus asuntos) le parece absurdo lo del botón y comprendió el conflicto como tal prácticamente antes de explicárselo.

También sabe que un conserje no hace guardias, y me cito que lo de empleado suena extraño e inadecuado.

 

Por tanto, mis conclusiones son que, si bien hay algún tipo de hilo conductor, todo está como a trancas y barrancas. Comparto la percepción de borrador que cita el blog que ha dado pie a este post. Y no solo de borrador, sino de la necesidad de reestructurar todo a un nivel más que profundo… que casi mejor cambiar de autor que de historia, vamos.

 

Así pues, tanto como editor o como miembro de un jurado literario, esta novela no pasaría la criba. No sé cómo sigue la historia, si es tremenda o me pierdo el libro de mi vida, pero se nota una inocencia y una incapacidad de transmitir literatura que echa para atrás. Parece que hayan comercializado esto para hacer un favor. No lo entiendo.


domingo, 25 de febrero de 2024

Taller literario Nº 27 (Bajo tierra seca, de César Pérez Gellida, Premio Nadal 2024)

 Bajo tierra seca, de César Pérez Gellida, Premio Nadal 2024.


Pues ya tengo entre manos Bajo tierra seca, trabajo ganador del Premio Nadal 2024 (30.000 euros), escrita por César Pérez Gellida.

 

Vamos al lío.

 

(Descripción de un sujeto sospechoso con una cicatriz en la mejilla caminando de un lado a otro en una estación de tren).

Fragmento original: Un mono azul de faena abierto hasta el pecho sobre una camiseta de tirantes que un día fue blanca y una gorra de obrero completan su atuendo.

Sugerido: Un mono azul de faena abierto hasta el pecho sobre una camiseta de tirantes(,) que un día fue blanca(,) y una gorra de obrero completan su atuendo.

 

 

Original: Tanto de su aspecto como de su complexión física podría decirse que, si bien en sus años mozos podía presumir de ser un tipo apuesto, hoy día no hay mujer en edad de merecer que se fije en él.

Sugerido: Tanto de su aspecto como de su complexión física podría decirse que, si bien en sus años mozos presumió de ser un tipo apuesto, hoy día no habría mujer en edad de merecer que se fijase en él.

 

 

(Un guardia civil se fija en él porque le parece sospechoso).

Original: Tampoco su frenético ir y venir, más propio de un padre primerizo que de alguien que aguarda la llegada del tren.

(Nota: se entiende que el autor se refiere a un padre primerizo esperando durante el parto de su mujer o pareja, pero queda algo extraño y no sabemos a qué clase de situación de un padre primerizo se refiere. ¿Un padre primerizo… haciendo qué?).

Sugerido: Tampoco su frenético ir y venir, más propio de un padre primerizo en el parto de su esposa que de alguien que aguarda la llegada del tren.

 

 

(La pareja de guardias civiles van a por él).

Original: Sígueme —le ordena colgándose al hombro la Remington, una carabina que, igual que él, cuenta con más de veinte años de servicio.

Sugerido: Original: Sígueme —le ordena(,) colgándose al hombro la Remington, una carabina que, igual que él, cuenta con más de veinte años de servicio.

 

 

Original: Contrariado, el hombre de la cicatriz en el rostro busca su cédula personal en el bolsillo trasero del pantalón sin soltar la bolsa, detalle que no se les escapa a los guardias. El cabo Aguado consiente que sea Lobito quien la compruebe, como si él no estuviera para tareas menores.

Sugerido: Contrariado, el hombre de la cicatriz en el rostro busca su cédula (eliminar personal) en el bolsillo trasero del pantalón sin soltar la bolsa, detalle que no se les escapa a los guardias. El cabo Aguado consiente que sea Lobito quien la compruebe, como si él no estuviese para esa clase de tareas menores.

 

 

Original: Román Aguado es el primero en reaccionar alargando el brazo con la intención de agarrar al sospechoso de la solapa, pero este responde con un rápido puñetazo antes de lanzarse a las vías y cruzarlas bajo la atónita mirada de los presentes.

Sugerido: Román Aguado es el primero en reaccionar alargando el brazo con la intención de agarrar al sospechoso de la solapa, pero éste responde con un rápido puñetazo antes de lanzarse a las vías y cruzarlas bajo la atónita mirada de los presentes.

NOTA: Según la normativa actual de la Real Academia Española (RAE) establecida desde 2010 en la Ortografía de la lengua española, los pronombres demostrativos "éste", "ésta", "éstos", "éstas" (y sus equivalentes en masculino y plural) ya no deben llevar tilde en la mayoría de los contextos.

¡Qué pena! Otra adaptación al mundo actual para facilitar el acceso a la lengua, como a tantas otras cosas y que nada nos cueste un poco más de esfuerzo.

 

 

 

Original:  Dos posibilidades se le plantean: seguir corriendo hacia la tapia que rodea la estación, saltarla y tratar de despistar a su perseguidor en el entramado de callejuelas; o bien colarse en el almacén abandonado de la izquierda y buscar el modo de sorprenderle y anularle.

NOTA: persecución sistemática, como una descripción de guión de cine. “…De la izquierda”, no es muy adecuado citar izquierda o derecha, ya que no tiene sentido adónde esté situado, siendo un “valor” intrascendente que comunicar al lector.

 

 

Original: Lobito, que lo ha visto entrar, desenfunda su revólver y lo amartilla antes de echar un vistazo sin asomar demasiado la cabeza. Dentro, la penumbra reinante parece luchar contra las zonas iluminadas por los rayos de sol que se filtran a través de las muchas imperfecciones de la cubierta. El descenso de temperatura es lo primero que nota el guardia civil al poner las botas en el suelo, cubierto por una fina capa de polvo sobre la que se han impreso las huellas del calzado de Padilla.

Sugerido: Original: Lobito, que lo ha visto entrar, desenfunda su revólver y lo amartilla antes de echar un vistazo sin asomar demasiado la cabeza. Dentro, la penumbra reinante parece luchar contra las zonas iluminadas por los rayos de sol que se filtran a través de las muchas imperfecciones de la cubierta. El descenso de temperatura es lo primero que nota el guardia civil al poner las botas dentro, en un suelo cubierto por una fina capa de polvo sobre la que se han impreso las huellas del calzado de Padilla.

NOTA: en el original nunca dice que ha entrado. Parece que el personaje estaba volando y al fin aterrizó, o algo así.

 

 

(El autor quiere introducir el desayuno del guardia civil, que pronto tomará protagonismo cuando lo vomite al ser pateado en el estómago)

Original: Hay días, como hoy, en que la suerte le sonríe y ha podido hincar el tenedor en unas migas que sobraron de la cena, y, quizá distraído en las reminiscencias del ajo, el  pimentón y la panceta que aún permanecen en el paladar, Lobito no se percata de un movimiento que se produce a su espalda.

NOTA: O sea, el guardia civil está en plena persecución y se distrae un segundo por el sabor del desayuno en su boca… Extraño, y algo cómico. En general, la persecución

 

 

Original: Acurrucado en posición fetal, logra evitar los daños severos que las primeras patadas le habrían provocado en la cabeza, no así los causados por las tres siguientes, en el estómago y el bajo vientre. Lo último que recordará el guardia civil Pedro Lobato, alias Lobito, será que las migas recorrieron el mismo camino pero en sentido contrario antes de salir de su boca.

Sugerido: En posición fetal y protegiéndose  la cabeza, logra evitar las severas heridas que las primeras patadas le habrían provocado en el rostro, quizá hasta en el cráneo, pero no así los traumatismos causados por las tres siguientes en el estómago y el bajo vientre. Lo último que recordará el guardia civil Pedro Lobato, alias Lobito, será que las migas de su desayuno recorrieron entonces el mismo camino que en aquella mañana, pero en sentido contrario antes de salir proyectadas por su boca.

 

 

 

(Segunda posible situación cómica o extraña, ya que el villano parece que también va a vomitar al ver que el guardia civil ha vomitado).

Original: Contagiado por el olor a vómito, Jacinto Padilla no puede evitar que las náuseas y las arcadas lo sacudan, y se aparta para no vomitar sobre el rubio cabello del muchacho al que acaba de dejar inconsciente, lo cual es cuando menos paradójico, dado que ha sido capaz de consumar sin inmutarse actos que harían palidecer a cualquier ser humano.

Sugerido: Afectado por el olor a vómito, Jacinto Padilla no puede evitar que las náuseas y las arcadas lo sacudan, y se aparta para no vomitar sobre el cabello rubio del muchacho al que acaba de dejar inconsciente, lo cual es cuando menos paradójico, dado que ha sido capaz de consumar sin inmutarse actos que harían palidecer a cualquier ser humano.

 

 

Original: Tras recoger el revólver del suelo y guardarlo en la bolsa de viaje, que no piensa soltar, emprende la carrera hacia la puerta corredera que ha localizado en la esquina opuesta.

Sugerido: Tras recoger el revólver de su víctima del suelo y guardarlo en la bolsa de viaje, que no piensa soltar, emprende la carrera hacia la puerta corredera que ha localizado en la esquina opuesta.

NOTA: se da por sentado en el revólver cae de la mano del guardia civil, pero hay muchas descripciones cruciales que se podrían haber incluido en lugar de muchos detalles mundanos.

 

 

Original: Sin embargo, por esa rendija se cuela la culata de una Remington que impacta con extrema violencia en la boca de Padilla, provocando que pierda la verticalidad. De espaldas en el suelo, dolorido, introduce la mano en la bolsa buscando el arma, pero el cañón que le apunta a la cara le disuade.

Sugerido: Sin embargo, por esa rendija se cuela la culata de una Remington que le impacta con extrema violencia en la boca, provocando que pierda la verticalidad. De espaldas en el suelo, dolorido, introduce la mano en la bolsa buscando el arma, pero el cañón que le apunta a la cara le disuade.

NOTA: En toda la descripción de los hechos se habla siempre del mismo personaje, por lo tanto sobra citar su nombre otra vez ya que no hay confusión posible.

 

 

 

Aquí termina la introducción a la novela.

En general hay cosas buenas, y algunos detalles que me gustaron… como:

 

Esto: Es tener la certeza de que si ella se lo pidiera de nuevo, volvería a hacerlo sin dudarlo. Volvería a matar a sangre fría. Volvería a desmembrar un cuerpo. Volvería a alimentar a los marranos con su carne.

O esto: Como un animal salvaje enjaulado, el hombre de la cicatriz en el rostro camina de un lado a otro sin levantar la mirada de las desgastadas puntas de sus zapatos.

 

Pero… en general, el texto resulta un poco inocente y falto de personalidad, acartonado, sin sorpresas.

 

NOTA: este post ha sido inspirado en el artículo encontrado en la siguiente dirección web:




martes, 14 de noviembre de 2023

 

Sonsoles Ónega gana el Premio Planeta 2023



Mi ejercicio con esta novela no debería ser muy diferente a lo que debería haber hecho el (supuesto) jurado preliminar de selección de las obras presentadas a concurso. Y, para mí, esta novela no debería haber pasado ninguna clase de preselección. Que este texto tan malo hubiese sido publicado por la popularidad de la persona que lo ha escrito es algo muy razonable, pero no en el contexto de que, en teoría, se presentó a un concurso. Me parece imposible que entre el millar y medio de obra presentadas, esta novela tan pobre y falta de recursos de ninguna clase haya sido la mejor. 





Creo que es el límite del descaro y el mercadeo, poniendo en entredicho nuestra cultura y nuestra lengua (lo asevero porque bien que el Premio El Planeta se trata de vender como lo más de la producción literaria en español). Y ahora es cuando puede venir el que quiera, como si es el miembro más refutado de la RAE, y demostrarme que esto no es de un nivel del primer día de la persona que, de repente, decide hacerse escritor. Da igual que la autora haya escrito antes. No hay “triquiñuelas”, ingenio, fuerza, nada que me haga seguir leyendo lo que en otros autores me hace estar al pie del cañón solo para disfrutar de cómo escriben (a veces sin importarme qué están contando). Tampoco me vale que la autora se haga la víctima antes las “críticas prematuras”, porque las verdaderas víctimas son todas esas personas que han enviado sus (seguramente) mejores trabajos sin ninguna posibilidad de ganar nada. 

viernes, 5 de marzo de 2021

Heroínas desde un trastorno mental

 

Tiene todo el sentido del mundo que los autores escriban sobre temas que no les tocan directamente. Evidentemente, Stephen King no tiene por qué haber tenido experiencias paranormales para escribir sobre ello, por ejemplo. Volviendo a la realidad, autores de series sobre crímenes o de conflictos bélicos no han estado en esos escenarios

No importa. Las personas tenemos un gran sentido de la empatía para llenar esos vacíos. 

En este caso, estos tres ejemplares están basados en las experiencias personales del autor, quien vive de cerca, muy de cerca, situaciones extremadamente similares a estas tres obras de ficción.

Vamos a ello:


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Lili ha sido concebida para salvar la vida de su hermana. Es uno de esos llamados “niños medicina”. Al menos, así lo siente ella. Ese parecer la acompañará el resto de su vida, cuando crezca pensando que su lugar en el mundo no le pertenece, que no ha nacido con un derecho natural. Eso la hará estar ligada irremediablemente a la muerte, a un vaivén de seducción con la fatalidad.

Tapa blanda: precio inferior a 15



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Estoy al borde del colapso, aunque la verdad es que no deseo otra cosa.Quiero acabar con todo. Quiero que todo termine.Sin embargo, tengo un problema: mi psiquiatra, el doctor Haggar, no me lo va a poner tan fácil. Le he explicado concienzudamente mis razones, todas ellas, y, mientras yo hablo de la muerte, él no para de hablar sobre la vida…

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Inspirado en una historia real que conmocionó Reino Unido en 1968, El monstruo de Moss Side es un retrato alternativo a la vida de Mary Flora Bell, una niña que asesinó a dos menores y que terminó teniendo una nueva identidad tras ser indultada por sus crímenes en base a su evaluación psicológica.

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sábado, 12 de septiembre de 2020

Trailer Septiembre de 2020

 


Vídeo promocional de la "producción de este año".

domingo, 22 de abril de 2018

Taller literario Nº 25 (el éxito de sagas literarias)


En el post de hoy hablaremos de historias (novelas) que son un éxito por los distintos méritos que pueden convertir un texto en algo increíble, en algo que mueve masas porque tiene un ingrediente especial.



JUEGO DE TRONOS

El primer caso que se me viene a la cabeza es el de la saga Juego de Tronos. La literatura de aventuras de épica medieval siempre ha sido vista como “cosa de niños”. Las sagas literarias del género se proyectaban para el lector juvenil (y adulto), pero era obvio que, aunque en ella hubiese muertes y matanzas (no es lo mismo), mantenían, de todos modos, el mismo aire “inocente” de las películas de superhéroes (por poner un ejemplo). Dragones, hechizos, gigantes, bosques encantados, armaduras mágicas… y, generalmente, aventuras de un grupo de valientes muy variopinto que se desplaza de un confín a otro de un mundo plagado de lugares fantásticos y razas extraordinarias, quizá buscando el arma definitiva para derrotar al malo malísimo de turno.

En esencia, Juego de Tronos se ciñe relativamente a estos conceptos básicos del género. Es obvio que nadie escribiría aventuras de fantasía épica sin una gran guerra de por medio, como es imposible hacerlo sin un rey o reyes, sin un brujo, sin algunas bestias fantásticas…

¿En qué radica, pues, el extraordinario éxito de esta saga? La respuesta es que, aparte de que este autor (George R. R. Martin) sabe enredar la trama de forma sorprendente y que emplea unos diálogos muy ingeniosos, Juego de Tronos incorpora los ingredientes que habitualmente faltaban en este tipo de obras a fin de aproximar un poco más el auténtico medievo a la épica literaria de castillos y reinos. Si leemos un poco de historia enseguida nos daremos cuenta: conspiraciones, envenenamientos, emboscadas, traiciones, casamientos pactados… y ahora, palabrotas… sexo.

…Ya sabemos que también muere gente. La que sea. Eso innova mucho. Eso atrae a los lectores y, por otro lado, es muy realista, pues la vida misma (la de palacio en este caso) nunca ha tenido preferencia por nadie. De hecho, la obra se cimienta más en los excesos de la conducta humana que en los excesos de la magia y la fábula (pocos seres mitológicos, menos brujería, etc).

Ciertamente, así se crea tendencia. Ya le han salido imitadores. Y ojo, que la palabra imitar no es del todo justa. Si lo fuese, diríase con justicia que George R. R. Martin imita a Tolkien, lo cual no es cierto porque todos los autores, absolutamente todos (por no hablar de otro tipo de creadores o artistas) imitan, o más concretamente se inspiran en sus predecesores. Poco a poco, los géneros salen de su propio nicho y dejan de estar estancados en más de lo mismo. Cuando esto ocurre (te sales de la rutina), pues, tienes un best seller. Es el caso de Juego de Tronos, indudablemente. No lo olvides para tus siguientes trabajos.



HARRY POTTER

Esta obra literaria ha sido un verdadero bombazo por un motivo distinto al anterior. Las innovaciones son algo más relativas, y creo que la gran virtud de este increíble trabajo literario se basa en que ha nacido directamente como clásico. Teniendo en cuenta que, por naturaleza, muchas aventuras británicas traen de la mano ese aire añejo apenas por citar una calle inglesa, la saga de J. K. Rowling tiene la increíble virtud de transmitir la sensación de que su historia existe desde siempre, que no solo nos suena el estilo, sino hasta los personajes… como si los conociésemos de toda la vida. Creemos estar leyendo un libro de nuestra juventud, algo que ya nos es conocido. Incluso, que la saga Harry Potter es tan obvia en sí misma que no podría existir de ninguna otra manera.

De otro lado, no solo se escribió atemporal, sino con un carácter universal a la hora de elegir a sus lectores. Lo ha leído todo el mundo, despertando a muchos niños que muchos creíamos olvidados en nuestro interior.

Llegar a este nivel es un poco más complicado. Quizá es la obra cumbre que un autor solamente tendrá una vez en su vida, como parece estar ocurriendo con la señora Rowling (y espero, deseo, equivocarme).



SAGA CREPÚSCULO

Si bien es cierto que, con algo de perspectiva, esta aventura literaria (y cinematográfica, como es obvio en los tiempos que corren) es agua pasada a tenor de cierta gente que la detesta y, a estas alturas y ya pasada su fiebre, quizá hasta nos pueda parecer un poco ridícula, el bombazo crepúsculo tiene su origen en la innovación dentro del género de vampiros, en este caso haciendo una especie de Romeo y Julieta que no se queda como tal, sino que sugiere (intenta) una especie de círculo amoroso no solo entre el vampiro y la chica, sino que de por medio hay un hombre lobo que también se enamora de ella.

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Javier Ramírez

Innovaciones secundarias como el tratamiento que se da a los vampiros (no mueren a la luz del día, sino que brillan como con piel diamantes cuando se exponen al sol) no justifican para nada su éxito, pero aportan un dato curioso. Sí que, de todos modos, nos hallamos con los personajes perfectos para con la trama (nombres, personalidades, actitudes) y una vida de instituto (que da mucho juego). La novela romántica juvenil (o para adultos con personajes jóvenes) está despuntando hoy día, sobre todo en las que a amores más imposibles que nunca se refiere (romance paranormal, un género que parece haber nacido con esta saga a la que espero, algún día, se le reconozca ese mérito).



50 SOMBRAS DE GREY

Si bien estamos ante otra historia de caballero medieval versus princesa (un pretty woman de manual), ahora le metemos al asunto la afición del chico a los juegos eróticos, al supuesto sado, dominación, o lo que quiera que se llamen esas cosas. La chica, cuya personalidad es prácticamente calcada a la de la chica de Crespúsculo (aunque menos patosa) se “somete” al galán joven y atractivo, y sobrado de dinero.

La saga despertó sensualidades perdidas por ahí de los hogares, y reveló las fantasías de cama de muchos. Sí, las mujeres también estaban hambrientas de todo esto y esta saga ha relevado esta realidad… por otro lado, más lógica imposible.

El lado oscuro de todo esto, de todos modos, es el debate sobre si el personaje masculino ejerce machismo sobre ella. No en la cama, claro está, sino en la vida cotidiana; es un controlador. Hablamos de un libro ampliamente aceptado por el sector femenino, el que considera que Christian Grey, pese a todos sus defectos, sigue siendo un buen partido. Quizá hay detalles que cabría analizar en un estudio social, pero bueno, eso es para expertos en el tema; nosotros, desde el punto de la literatura, debemos quedarnos con las claves de su éxito.



viernes, 11 de agosto de 2017

Taller Literario nº24 Gabriel García Márquez (Cien años de soledad)

Hay escritores a los que, al analizarlos, podemos hacernos una idea de adónde va la literatura. Con otros, en cambio, apreciamos de dónde viene.

Gabriel García Márquez pasa del concepto de escritor al de literato. Hay una diferencia en ello. Una diferencia apreciable. “Cualquiera” vende, y es escritor… pero, literato, lo son muy pocos (igual, dentro de poco será más acertado usar en esta frase lo han sido, pues podríamos estar hablando de una especie en vías de extinción).

Meterse a poner peros a Cien años de soledad, por ejemplo y por tratarse de la obra que vamos a tratar en este post, sería un poco como echarse a las llamas. Vamos “a perder”. Te puede gustar más o gustar menos lo que escribió este autor, pero es obvio que la calidad literaria de sus textos es de primer orden. Cuando lo lees, García Márquez siempre te coge con la guardia baja, aun cuando creas que estás perfectamente pertrechado para que no te coja por sorpresa. Hay párrafos suyos que son irrepetibles, que vuelves a leerlos… directamente para aprender a escribir. Siguiendo esta pauta, leí de él partes de su biografía (que no tenían interés alguno para mí) solamente porque este autor trata de uno de estos maestros que puede estar contando obviedades o sucesos que nos importan un bledo pero que, enredado de su magia, te quedas con él porque vale la pena disfrutar, simple y llanamente, con su manera de interpretar la letra.

Ojo, que Cien años de soledad me decepcionó porque esperaba mucho más (ya sabemos, las expectativas por las nubes), y leyéndole se puede ser consciente de las caídas de ritmo o la sensación de ahogo de que el estilo se repite… pero, después de ser sincero con estas palabras, insisto en que se puede (y debe) aprender muchísimo de este autor. Y quizá, en el fondo, no haya escrito grandísimas historias… pero, ¡diablos, cómo las cuenta!

En concreto, y ya vamos a la materia que nos toca, este post sobre la obra que le dio El Premio Nobel a Gabito no trata de una crítica… sino de una contracrítica. Vamos a aprender a escribir, en este caso, cuestionando la severa y seguramente envidiosa crítica de otro autor sobre su libro estrella. Hablamos del despiadado análisis de otro escritor colombiano, Fernando Vallejo. Hablo de un ensayo propuesto para su publicación en 1998 para la revista El Malpensante. Y digo propuesto porque, según parece, nunca llegó a ser publicado.

Vamos allá.

En azul el original
En rojo las apreciaciones de Vallejo.
En negro mis conclusiones.

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Vallejo: UN SIGLO DE SOLEDAD

Nota: la crítica empieza fuerte y con sorna, cambiando el título original de la obra. Ya sabemos que cien años es un siglo.

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García Márquez: «Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía habría de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo».

Fernando Vallejo: …Pero si no es después de la creación del mundo sino «después de aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo», entonces algo ahí sobra. O te sobra, Gabito, el «remota» pues ya está en «muchos años después», o te sobra el «muchos años después» pues ya está en el «remota».

Nota: La clave de esta frase está, obviamente, en la palabra “remota”. Es una palabra para hacer énfasis. Al añadirla acentuamos la sensación de que, realmente, el tiempo ha pasado más allá de una cuantía meramente numérica, y ya podemos hacernos una idea mucho más acertada de que ese momento parece más distante de lo que pueden contar los años. En mi opinión es una palabra acertada. Parece que fue ayer es otra frase recurrente para relativizar lo que significa el paso de los años, más o menos “cuantiosos” (aun siendo la misma cantidad de años) dependiendo de lo que hayan significado para quien los interpreta. Remota, simplemente, añade “lejanía” a esos años. 

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Fernando Vallejo: …Ibas pensando en Rubén Darío, en su autobiografía, en la que el poeta nicaragüense, muerto en 1916, cuenta que su tío abuelo político, el coronel Félix Ramírez, esposo de su tía abuela doña Bernarda Sarmiento, lo lleva a conocer el hielo: «Por él aprendí pocos años más tarde a andar a caballo, conocí el hielo, los cuentos pintados para niños, las manzanas de California y el champaña de Francia». ¡Te plagió, Gabito, te plagió ese cabrón nicaragüense! ¡Y con semejante frase tan fea! Y no sólo te robó el hielo y el grado de coronel, sino hasta la expresión genial tuya de «muchos años después», pues el «pocos años más tarde» de ese sinvergüenza ¿no viene a ser lo mismo, aunque al revés? Y después dicen que los colombianos somos ladrones. ¡Ladrones los nicaragüenses! Cuando te acusen de plagio me llamás a mí, Gabito, yo te defiendo.

Nota: Pongo en conocimiento del lector que Fernando Vallejo acusa a García Márquez de plagio porque, para esta primera frase del libro, el autor comenta que se le ocurrió esta “entrada” cuando viajaba para México en carretera… cuando, según Vallejo, está plagiando a un autor muy anterior. En mi opinión, y no es por defender a toda costa a uno de mis autores favoritos, ni la frase es tan magistral como para que García Márquez la haya distinguido con una anécdota (y mucho menos como para que la prensa se intrigue en ello) ni las coincidencias con la letra del poeta nicaragüense son definitivas. Todos tenemos derecho a plagiarnos los unos a los otros en pequeños matices. El mundo está lleno de coroneles, de “años después” y de hielos de toda clase. Todo cuanto escribimos tiene una similitud considerable con otros escritos porque la letra no sólo es finita, sino que, encima, los seres humanos vivimos las mismas cosas una y otra vez. Incluso a conciencia, “copiar” un poco no adquiere al grado de plagio… cuando, casi con toda seguridad, inspirarse en una frase que te puede estar dando vueltas en la cabeza, y que no sabes a ciencia cierta si es tuya o la has leído en alguna parte, es cosa normal. Por último, Cien años de soledad  hubiera tenido el mismo éxito con o sin esa frase de apertura.

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García Márquez: «Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos».

Vallejo: ¿Huevos prehistóricos? ¡Prehistóricos serán los tuyos, güevón! No hay huevos «prehistóricos». Los huevos son del Triásico y del Jurásico, o sea de hace doscientos millones de años, cuando los pusieron los dinosaurios, y nada tienen que ver con la prehistoria, que es de hace diez mil o veinte mil.

Nota: quizá, este haya sido el comentario de Vallejo que me ha llamado a hacer la contracrítica. Al leerle esto he pensado algo así como (y con o sin perdón) menuda gilipollez. Todo el relativo valor crítico de Vallejo se deshace aquí en una pataleta sin argumento. Usar huevos prehistóricos es más que correcto. La literatura creativa, sobre todo en el versatilísimo español, nos permite jugar con lo que en otras materias es correcto o incorrecto. Esto no es un libro de ciencias. Ya sabemos que La Prehistoria (con mayúscula y en el caso de que Márquez la hubiese referido así) es un período posterior a los huevos de dinosaurio y, de hecho, no existían huevos así en La Prehistoria. Sin embargo, en la literatura que nos toca se hace mención no a un período concreto, sino a la perspectiva imaginaria que todos los lectores de a pie (sin envidias desbocadas) suponemos como de la muy confusa y enmarañada época en que vivieron esos dichosos reptiles gigantes (si es que me van a apuntillar ahora a mí si eran o no reptiles o dinosaurios, que creo que es distinto). No hay lugar a la crítica en este párrafo. Es pasarse de listo. En todo caso, los huevos de dinosaurios son y serán siempre prehistóricos, porque es obvio que es inequívocamente prehistórico todo cuanto existió antes de la historia del hombre.

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García Márquez: «El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo».
 
Vallejo: ¿no se te hace que se te fue un poquito la mano con eso de que muchas cosas carecían de nombre y que para mencionarlas había que señalarlas con el dedo?

Nota: Vallejo manipula aquí al receptor de su crítica y trata de literalizar otra vez el texto. Cierto que quizá hubiese sido más acertado escribir “…y para referirse a ellas había que señalarlas con el dedo”… pero bueno, ya sabemos que este texto es literatura muy creativa y muy flexible. Y sí, que si señalas con el dedo porque no sabes mencionar una cosa se supone que, aun así, no la puedes mencionar sino sólo señalarla… pero apostaría a que esta parte está escrita adrede y denota mucho la descomplicación colombiana (tan de mi conocimiento y admiración). Tampoco creo que mencionar, aquí, tenga la misma connotación que, literalmente, el verbo mencionar. Quizá faltaría poner la palabra entre comillas, o algo así… pero, apuntillarlo como error literario, ya digo, está fuera de la enorme flexibilidad que puede permitirse este tipo de literatura.

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Y bueno, hasta aquí lo literariamente relevante de este caso. Lo que sigue, del argumento de Vallejo, son juegos fáciles de palabras y alguna crítica al izquierdismo yo diría que revolucionario de los ideales políticos de García-Márquez (que, reitero, no tienen relevancia aquí).
Mi conclusión es que, para trabajar el texto ajeno, hay que tener detrás una solidez argumental. De no ser así se caerá en la misma mediocridad que estamos intentando desmerecer. Hasta ahora, en este blog, he dado mi opinión como lector… usando mis herramientas de escritor, y ya he explicado los motivos de por qué se corrigen/sugieren mejoras a primeros capítulos de grandes obras de calle. He dado mis impresiones como “cliente” y he tratado de compartir lo que creo que es más correcto para la letra. Conozco mis debilidades y jamás debería ser yo quien corrigiese mis textos (me encantaría que de eso se encargasen otros, porque es una lata hacerlo y, además, no tengo aptitudes para hacerlo), pero, desde luego, se me caería la cara de vergüenza si tuviese que hacerme oír (leer) a través de una pataleta de esta magnitud.