jueves, 9 de abril de 2015

Taller Literario nº 17 Pre-crítica La corte de los espejos, de Concepción Perea.





Ya sabemos que la vida es dura y que las cosas son como son (que se lo digan a mis pies, que están donde deben). 

Llevo tiempo intentando cazar La corte de los espejos, de Concepción Perea, porque ha recibido soberbias críticas y, ahora que lo tengo físicamente entre manos, me veo en la ansiedad de tener que hacer este pre-análisis porque, en artículos casi inmediatamente posteriores, me he visto en la tesitura, el reto, de analizar textos “de prestigio”. En el caso que me ocupa, la comparación es inevitable y el resultado, sin más, sorprendente.

De este ejemplar apenas llevo cuatro capítulos (son cortos y magnéticos), pero ya me veo arrojado a comparar aquéllos y este título porque las evidencias están ahí (dicen que las comparaciones son odiosas, pero las personas, a veces sin darnos cuenta, nos pasamos la vida comparando). 

Adelantando que la autora de este libro firma aquí su primer trabajo (no es una consagrada ni protegida), la impresión que me llevo es que no encuentro un solo estorbo o traspié en su literatura, no hay peros. Al respecto, llevo algunas lecturas anteriores entre confuso y desorientado porque no sé si la forma de escribir ha cambiado y ahora se permite que ésta sea mucho más “flexible”, y que es “académico” que un texto salga a la calle sin un decálogo concreto cuya ausencia trate de la causa por la que el autor mete a calzos y a bombazos la información y allá el lector que se las apañe.

Esto, aquí, no ocurre. El texto de Concepción suena a literatura de la vieja escuela, con todo en su sitio y a su normal cadencia. Da placer encontrar la correcta diferencia en los puntos y coma con los dos puntos, usados en la discreción oportuna, y la ausencia innecesaria de florituras para sacar brillo al orgullo del autor, de esas triquiñuelas de viejo dinosaurio que algunos desempolvan del baúl de los recuerdos, hablo de esas palabrejas añejas y resucitadas forzosamente del olvido, para tratar de revalorizar un texto que, al fin y al cabo, no es tan profundo ni pensado como parece. Y es que este post no existiría si todos los textos de mercado siguieran estas mismas pautas (de Perea), si todo autor de renombre desmoralizase a los aspirantes al oficio con textos incontestables y maduros, finitos y soberbios. Sin embargo, eso no ocurre. Para mi sorpresa, grandes vacas sagradas de la letra tropiezan como esta autora ¿desconocida? no hace. Aquí andamos el libro sin darnos cuenta, aparece el ingenio y la espontaneidad, perderse una página es perderse algo que deberías haber leído, y tenemos la impresión de que esta persona no ha escrito tanto para los demás como para ella, para pasarlo bien haciéndolo, sin nada que demostrar y, ya lo he dicho, con el texto en su justa medida. Diríase que por algo tiene un máster en creación literaria, pero este punto ahora mismo sobra porque gente con más acreditación (premios literarios y carreras de filología hispánica) decepcionan al lector con verdaderos frangollos escritos (en el modo, no en el fondo).

¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué hay textos “flacos” en España, cuna de esta lengua? ¿Cómo se eligen los grandes mentores del oficio, si no es a través de sus páginas? ¿Somos (son) sinceros (autocríticos) a la hora de avituallar los escaparates y estanterías de los libreros?

Bueno y, para añadir alguna pregunta más, ¿de qué va esta pre-loquesea que éste se ha sacado de la manga? Vaya tío conflictivo... Pues… creé este blog para hablar de literatura a todos los niveles. Todos sus asuntos. Y me choca encontrar un escritor primerizo a nivel de sabedor, y a sabedores a niveles inferiores a lo esperado. Los lectores también tenemos cierto bagaje literario y que nadie olvide, consagrados incluidos, que nuestra actividad (o, por ende, inactividad) es un activo efervescente dentro de, si no de la creación literaria, sí de su evolución y de su futuro. Como mínimo, citar el maremagno de algunos entendidos en la materia que las comas no tienen un uso tan caprichoso como parece; si están ahí, es para dar significado al texto y para moderar al lector, a menudo para darnos un respiro y ordenar la información que recibimos. Otras normas habituales (puntos y comas, y dos puntos) exigen un uso adecuado para que no nos atragantemos, y que verbos y aclaraciones deben caminar de uno a otro lado de la frase para que leer se nos deslice en los ojos, para que el texto se diluya ante nuestra mirada con la misma soltura con la que oímos nuestra canción favorita. 

Cierto que la literatura es un inmenso lago inexplorado (y seguramente inexplorable), pero ojo, lector, que no nos den gato por liebre y que llegue adonde debe llegar el verdadero escritor de fondo.

Con relación a Taller Literario (este blog) y atendiendo a que en algún email alguien (quizá más que confundido) me ha comentado que qué pena no poder participar de ¿las clases de literatura de este taller? (y aquí es cuando me muero de vergüenza porque no espero tanto), cito que hay libros con los que aprenderemos a escribir (sí, yo también), y libros con los que aprenderemos a hacer embrollos. Éste, La corte de los espejos, es un buen ejemplar para eso mismo, para aprender a escribir.

miércoles, 8 de abril de 2015

Taller Literario nº 16 Corregir un texto. Mi color favorito es verte, finalista del Premio Planeta.




Ya justifiqué en un post anterior por qué puntualizar o ¿corregir? (sugerir) algunos detalles de un primer capítulo de algún libro “célebre”, de algún escritor debidamente asentado en su oficio… y, si es posible, de un material de calle y mercado ya acreditado por las más altas instancias del orbe literario de nuestra lengua.

¿Más razones que aquéllas…? Pues, tal vez, asegurarnos de que quienes nos culturizan a todos no tropiezan en alguna parte de su gran cometido. Quizá, tomar conciencia de que el inconformismo en el primer gen evolutivo a la hora de prosperar. No está bien que nos dediquemos a consumir ciegamente lo que proponen los que proponen, aceptarlo todo solo por el rango que ostentan y que no seamos capaces de apuntillar lo que, aún a niveles de consumidor, no nos convence. Así pues, se considere esta “blasfemia” algo así como una extraña crítica literaria, o se haga como un ejercicio literario, seguro que, analizando un texto de primera división, todos (el primero yo) aprendemos un poquito más de esta indomable materia.

Lógicamente, a estos niveles ya no existen las faltas de ortografía (ésas me las puedo permitir yo y la gran mayoría de los lectores de la red). Buscamos otra cosa. Ni siquiera errores de imprenta. Eso sería absurdo.

Buscamos lo intencionado, lo que se da por bueno entre los sabios de verdad. Buscamos para aprender a escribir un poco mejor, aquello que “tropieza” o dificulta en alguna manera la fluidez de un texto, y nos lo permitimos porque los lectores somos una materia viva y activa del proceso literario en la parte que nos toca; nuestros gustos hacen evolucionar lo escrito, y lo escrito sobrevive gracias al lector. Dicho esto, es imperante que el lector no baje su nivel de exigencia, porque entonces estaremos entrando en la espiral de la decadencia.

Hoy nos toca el primer capítulo de todo un finalista para el Premio Planeta (edición 2014), Mi color favorito es verte, de Pilar Eyre.

Vamos allá.



Página 7.

Ah, ¿prefieren aquí? Quizá les entre un poco de aire, hoy sopla de levante, les voy a cerrar la ventana…



Mejorado:

Ah, ¿prefieren aquí? Quizá les entre un poco de aire. Hoy sopla de levante. Les voy a cerrar la ventana.





Página 8

Vendía mucho, muchísimo. Tanto que con los royalties de mi antepenúltimo libro me he comprado una casa en Llafranc con un inmenso jardín con pinos, rosales…



Mejorado:

Vendía mucho, muchísimo. Tanto, que con los royalties de mi antepenúltimo libro me he comprado una casa en Llafranc con un inmenso jardín con pinos, rosales…





Página 9

…que no ha podido venir porque se ha quedado en cada cuidando de nuestros trillizos, producto de nuestra inagotable actividad conyugal, ¡es una admiradora suya!



Mejorado:

…que no ha podido venir porque se ha quedado en cada cuidando de nuestros trillizos, producto de nuestra inagotable actividad conyugal. ¡Es una admiradora suya!





Página 9

A ver, entendámonos. No soy ningún monstruo. Soy alta, delgada, ciertas especialidades médicas han conseguido que no tenga arrugas, hago gimnasia y me gasto mucho dinero en ropa. Pero sé que no soy Scarlett Johansson (…). Y además tengo cincuenta y siete años. Ligo, ¡demonios si ligo!



Mejorado:

A ver, entendámonos; no soy ningún monstruo. Soy alta, delgada, ciertas especialidades médicas han conseguido que no tenga arrugas, hago gimnasia y me gasto mucho dinero en ropa. Sé que no soy Scarlett Johansson (…) y además tengo cincuenta y siete años… pero ligo, ¡demonios si ligo!

        



Página 10

Pero una pieza como ese hombre alto nunca había caído en mis redes, ay ese hombre alto:



Mejorado:

Pero una pieza como ese hombre alto nunca había caído en mis redes. ¡Ay, ese hombre alto!





Página 10

…pagar una segunda botella que casi con seguridad me iba a beber yo entera.



Mejorado:

…pagar una segunda botella que, casi con toda seguridad, me iba a beber yo sola.





Página 11

E hice lo que más odio en el mundo. Brindar en su dirección, …



Mejorado:

E hice lo que más odio en el mundo: brindar en su dirección, …





Página 12

…con una fila de camareros ociosos apoyados en la barra observándome, con José María, el dueño del local, detenido en el momento en que cobraba…



Mejorado:

…con una fila de camareros ociosos apoyados en la barra, observándome, y con José María, el dueño del local, detenido en el momento en que cobraba…





Página 13

Cojo una (piedra) y le paso la lengua, está salada, tersa y fría como el hombro de Sébastien.



Mejorado:

Cojo una y le paso la lengua; está salada, tersa y fría como el hombro de Sébastien.





Página 13

Saco mis pinturas de guerra del bolso: repaso la raya del ojo, un poco de colorete y brillo en los labios.



Mejorado:

Saco mis pinturas de guerra del bolso; repaso la raya del ojo, un poco de colorete y brillo en los labios.

NOTA: ¿Por qué cambiarlo por punto y coma? Pues… porque repasar la raya del ojo, un poco de colorete y el brillo de los labios se describen como acciones a través de las pinturas de guerra, no como las pinturas de guerra en sí.



                                                                                                 

Página 17

Pero pronto me arrepiento de este exabrupto, esa maldita niña quizás algún día será mi hijastra…



Mejorado:

Pero pronto me arrepiento de este exabrupto; esa maldita niña quizás algún día será mi hijastra…





Página 18

…lo único que lee son libros de economía e informática en inglés.



Mejorado:

…lo único que lee son libros de economía e informática, en inglés.





Página 19

Claro que no, me encanta oírte, espera que salgo fuera.



Mejorado:

Claro que no. Me encanta oírte. Espera, que salgo fuera.





Página 21

Ya las recibirás por correo, las liquidaciones, digo, pero verás una caída brutal de ventas, de todo el sector, eh, no solo de tus libros… Pero que este año no te esperes grandes alegrías, nos han devuelto paquetes enteros sin abrir…



Mejorado:

Ya las recibirás por correo. Las liquidaciones, digo… pero verás una caída brutal de ventas. De todo el sector, eh, no solo de tus libros. …Así que este año no te esperes grandes alegrías; nos han devuelto paquetes enteros sin abrir.





Página 21

…me visualizo bajando ventas y convirtiéndome en una escritora minoritaria como Camila, pero a mí no me cantarán los Vargas Llosa ni los Gpytisolo, mis libros terminarán siendo destruidos por no caber en los…



Mejorado:

…me visualizo bajando ventas y convirtiéndome en una escritora minoritaria como Camila… pero a mí no me cantarán los Vargas Llosa ni los Gpytisolo; mis libros terminarán siendo destruidos por no caber en los…





Página 22

Un perro suelto de raza fox terrier como el Milú de Tintín viene a olerme…



Mejorado:

Un perro suelto de raza fox terrier, como el Milú de Tintín, viene a olerme…





Página 24

…los que vamos a estar muertos somos nosotros, yo cierro la editorial y nos vamos los dos a la mierda.



Mejorado:

…los que vamos a estar muertos somos nosotros; yo cierro la editorial y nos vamos los dos a la mierda.





Página 24

Porque de repente se borró mi editor de mi mente, …



Mejorado:

Porque, de repente, mi editor se borró de mi mente, …





Y esto es todo, por decirlo de alguna manera. Es poco, pero mucho si tenemos en cuenta la acreditación que tiene el volumen.

En general, el texto se antoja algo revuelto y borrascoso, y no hay una convicción clara de dónde deberían ir las comas y los puntos, qué frases deberían pertenecer o no a cada oración. La sensación que tengo al leer este libro es la de estar leyendo a un autor de Amazon (ojo, yo soy uno de ellos) al que todavía le hace falta rodaje expresivo, una persona que sabe lo que quiere llegar a contar pero que no encuentra una vía ordenada de hacerlo. Para ser el segundo mejor trabajo enviado a concurso del más prestigioso premio literario de nuestra lengua, el resultado es confuso y quizá poco cuidado. Desconozco los criterios que utiliza el premio para evaluar las virtudes de cada texto, pero un usuario de a pie no debería poder puntualizar lo que debería ser incontestable.

Finalmente, citar que en este post estamos evaluando solo los peros a la hora dar fluidez y formalidad a un texto y que cabe destacar el ingenio, el humor y los bonitos recursos que despliega la autora.